A un mes de cumplirse un año del crimen, la justicia dio a lugar la investigación presentada en su momento por Alem.News y libró un pedido de captura nacional e internacional para uno de los implicados.
El sábado 23 de julio de 2016, un grupo de delincuentes ingresaron al domicilio de Victorino Kühl ubicado en inmediaciones del barrio Balbín de esta ciudad. Buscaban dinero y para llevárselo, masacraron a golpes al hombre de 69 años y golpearon, ataron y encerraron a Lili Kruger, su esposa que sobrevivió de milagro.
En marzo del 2020, nuestro medio presentó junto al periodista Jorge Pizarro una investigación que no había sido tenido en cuenta en los expedientes y que exponía el testimonio y una confesión que se había obtenido ante autoridades policiales.
En dicha investigación, Alem.News (VER INFORME) logró conseguir las anotaciones de los investigadores del caso y que exponían un hecho en particular que también había sido registrado por cámaras de seguridad en inmediaciones al domicilio de la familia Kühl.
La familia de la víctima reclama por justicia. Los asesinos siguen caminando impunes, pero hubo una confesión que pudo haber cambiado el rumbo de la investigación.
Lili, había relatado a la justicia que aquel día ya estaba oscureciendo cuando escuchó a su perrita ladrar de una forma muy extraña. Abrió la puerta para saber qué le pasaba al animal y en ese momento uno de los delincuentes se abalanzó sobre ella y la hizo tumbar al suelo.
La golpearon en la cara y uno le dijo que se quedara tranquila que no le iba a pasar nada, que sólo querían la plata. Los ladrones se manejaban con un dato.
Los Kühl habían vendido un terreno que estaba sobre la ruta 14 y ese fue el motivo del atraco. Don Victorino estaba en la cocina y apenas escuchó los ruidos se aproximó a ver qué pasaba. Se encontró con los malhechores y su esposa reducida en el piso.
Lo abordaron y luego de darle varios golpes le dijeron “ustedes tienen mucha plata”, a lo que el hombre les respondió “sí, pero la teníamos”.
Sucedió que una gran parte ya la habían utilizado en unos locales que habían construido. Los ladrones no le creyeron y lo siguieron golpeando.
Totalmente sometido por la violencia de sus captores, Victorino atinó a decirles “déjenme vivir, les doy todo lo que tengo”.
Revolvieron toda la casa, rompieron almohadones rellenos con plumas creyendo que allí podía haber más dinero oculto. Según la crónica policial de aquel día, se llevaron una suma en pesos y dólares que nunca se terminó de establecer, ya que Kruger nunca supo la cantidad exacta que guardaba su esposo. A todo esto, golpeada pero aún consciente, Lili fue llevada al baño donde la encerraron.
Como la puerta no tenía llave, trabaron el picaporte con un trapo para que no saliera. La señora no recordaba cuánto tiempo estuvieron los delincuentes en la casa, sólo que fue rescatada por su hijo y la Policía.
El dato clave y el pedido de captura:
Pasados 6 meses del crimen y con una ciudad que se levantaba en reclamos frente a la Unidad Regional VI, el jefe de Policía de la Provincia de Misiones al comisario general, Manuel Mártires Céspedes había ordenado utilizar todos los recursos posibles para resolver el crimen. De esta manera, un relato que en un comienzo había parecido inverosímil fue tomando forma y llegó finalmente a manos de la justicia.
Manuel, era un joven que se encontraba en pareja con la hija de uno de los compradores de tierras a Victorino. Casualmente, con cierta vinculación, conocía los montos pagados por el que era en ese entonces su suegro, conociendo, además, que la pareja no confiaba en los bancos y prefería guardar el dinero o volverlo a invertir.
En tal sentido y abordado por agentes de la Brigada de Investigaciones que llegaron a él por relatos de vecinos que habrían identificado un auto negro con similares características al que poseía, confesó frente a los uniformados “haber escuchado” cuando dos personas cercanas con las cuales mantenía un vínculo de amistad planificaban el robo, pero aclarando que en ningún momento quiso tomar partida del hecho.
De esta manera, los agentes decidieron trasladarlo a la comisaría local para pedir más detalles de esta “confesión” que podría llevar a resolver el crimen, dando parte al Juzgado de Instrucción N° 5 que determino su inmediata detención, así como la búsqueda de las otras dos personas, que fueron aprendidas a las pocas horas.
Pero algo pasó. La misteriosa llamada de un abogado pidiendo silencio y de la noche a la mañana nada parece haber sucedido.
La fiscalía había pedido su indagatoria en forma inmediata, por lo que el joven fue llevado a declarar al juzgado 24 hs después de su detención. A su llegada, desmintió que conocía cualquier detalle sobre el crimen y que había sido “apretado” por la policía para confesar algo que en realidad no había visto. Los agentes quedaron perplejos.
¿Por qué de golpe había cambiado su declaración? Nadie parecía entender lo que ocurría, pero sin mediar palabras, un prestigioso estudio de abogados ya había solicitado ante la jueza la libertad, tanto del joven como de las otras personas que habían sido implicadas, siendo liberados a las pocas horas de haber declarado en fiscalía.
Todo había sido sacado de los expedientes hasta que la investigación de Alem.News reflotó la historia con las declaraciones de vecinos, policías y cámaras de seguridad que daban cuenta del vehículo implicado pertenecía efectivamente al joven que decidió confesar, pero que se desdijo.
El día viernes y luego de un año de la presentación de la investigación, la justicia libró finalmente el pedido de captura nacional e internacional de Emanuel Ezequiel Barboza, alias “Pitu” y se esperan más novedades en las próximas horas.