La producción yerbatera en las chacras está hace un tiempo expuesta, asumiendo los riesgos causados por la sequía prolongada, los robos en los yerbales, la falta de mano de obra y el costo de combustible.
Al haber estado prácticamente 5 meses sin cosecha por la sequía, ahora los productores se ven obligados a realizar en 4 meses lo que no se hizo antes. Si bien tras la sequía hubieron grandes expectativas dado el gran “reverdecimiento” que se generó como nunca antes, vuelven a aparecer complicaciones.
Con respecto al tema de la mano de obra, desde el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), Nelson Dalcolmo prevé que quedarán plantas con hojas sin cosechar. Además, dijo que “los gobernadores deberían estar declarando una emergencia agropecuaria no por condiciones climáticas, sino por falta de combustible… Es lamentable que eso suceda en una patria que tenemos petróleo y una empresa que es nacional”.
Como si esto fuera poco, tras días de lluvia y humedad, algunos productores de zona sur informaron que están creciendo algunos hongos y las plantas empezaron a soltar sus propias hojas. Algunos referentes del sector, catalogan al hecho como histórico y auguran que las consecuencias para los productores serán complicadas y “difíciles de remontar”.
La pérdida de hoja hace que la planta se quede únicamente con la varita y por supuesto, esto incide directamente en la producción y el rinde de los productores. Al momento, esta caída de hojas lleva afectada a casi el 20% de la producción.
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