El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich , anunció que ya no habrá tarifas mínimas ni máximas establecidas por el Gobierno a la hora de fijar precios para los pasajes de media y larga distancia.
La medida era reclamada desde hacía tiempo por los transportistas, pero la forma y el momento en que se dio los tomaron por sorpresa.
Como parte de las negociaciones que se entablaron con el Gobierno figuraba un cambio en la regulación que les permitiera cierta flexibilidad para poder competir. Uno de ellos era la posibilidad de tener un sistema de tarifas similar al que usan las aerolíneas. Por ejemplo, que puedan premiar a quien saca el ticket con anticipación y cobrarle mucho más a quien llega minutos antes de cerrar la puerta.
Sin embargo, ayer los transportistas se quejaban de que ese punto era el último de un listado de temas pendientes que tenían anotados con Transporte. “Se empezó por el final”, lamentaba ayer un dirigente de una de las cámaras del sector.
Formalmente, la medida significa que ya no existirán bandas tarifarias. Aunque en la práctica la gran mayoría de los pasajes estaban igualados o a precios muy cercanos, formalmente existían bandas tarifarias, que significa que el Estado imponía un precio mínimo y un precio máximo para una ruta determinada. Muchas veces esos precios estaban determinados por el tipo de servicio que se prestaba, es decir, los colectivos con coche cama tenían un rango de precios más altos que los comunes, pero, en la práctica, como ya casi desaparecieron los servicios comunes, se unificaban todos en valores premium. Ahora los empresarios podrán cobrar el pasaje al precio que quieran. Dependerá de la competencia y del modelo de negocio de cada compañía.