El caso de Ricardo Byrilo es uno de los ejemplos de que el que trabaja duro y se esfuerza, tiene su recompensa.
“Éxito es saltar de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”, reza un conocido discurso motivacional para superar el fracaso, que afirma que las decepciones son una oportunidad, y que hay que fracasar otra vez, y mejor en cada oportunidad. Pero hasta sus 40 años, Ricardo Byrilo jamás el fracaso se había pintado con colores tan seductores.
Luego de hacer fletes y pasar por muchas etapas en las que el comercio había sido su pasión, Ricardo decide comenzar con un viejo y conocido amor, la madera. De esta forma, consultando con allegados y amigos, comienza la construcción de su primera “cucha para perros”.
El nacimiento del proyecto tuvo lugar en un momento donde las condiciones económicas, políticas y sociales del país no eran las mejores, tal y como es ahora, pero supo atravesar momentos de crisis y hoy puede contar que sus cuchas se venden en distintas veterinarias de Alem y otros lugares de la provincia.
En momentos en que nuestra ciudad parece haber perdido la esperanza y se ubica en lo alto de la lista de intentos de suicidios, la palabra fracaso tiene una connotación emocional demasiado negativa y en la mayoría de los casos te hace pensar que el camino acaba ahí, por tal motivo, viene bien recordar que cuanto más miedo se tiene a algo, menos tarda la vida en ponerlo por delante para que lo enfrentes y veas que eres capaz de superarlo.