Es Paraguayo y tramitó su documento en tiempo récord para las elecciones pasadas, pero, ¿Quién es realmente al que también llaman “El matón de Jeleñ”?.
Amenazas, cortes de ruta y hasta vinculaciones con robos o incendios a opositores a sus causas, “El Pistolero Miguelón” llegó del Paraguay ya con una promesa laboral a cambio de su silencio, su DNI argentino y ser el líder de un grupo que en su mayoría nunca fueron identificados del todo entre los usurpadores.
“Hay muchos que sabemos no son argentinos, vinieron todos de Paraguay y les hicieron los documentos, incluso se habla que hay gente que tiene antecedentes penales del otro lado, pero acá están tranquilos y por eso son capaces de matar para que no se los saque”, comentó una de las personas allegadas a los usurpadores y que teme a que se la mencione por miedo a que le hagan algo a su familia.
Entre sus pares, se jacta de tener “entre sus manos a los gobernantes” y que puede hacer lo que quiera con solo cortar una ruta, tanto que hasta que “el mismo Rovira le tiene miedo”, según alardea.
Miguelón sumó poder uniéndose a Ana Cubilla, delegada sindical y desde allí, mediante cortes de ruta fueron obteniendo sus logros personales con el sindicato de tareferos. Al mismo tiempo, recibieron apoyo de varios dirigentes en toda actividad agrícola en la ruta 14.
En el 2015, se suma a la Renovación para la candidatura del Dr. Fabio Vera, hoy director del hospital nivel 1 nuevo de Wanda, pero a último momento dio un portazo y operó para el Sublema de Felipe Jeleñ. Todo había quedado arreglado entre ambos a dos meses de las elecciones en un asado.
Trabajando para el mismo Dr. Vera, era un infiltrado y un manipulador sin escrúpulos para todos aquellos compañeros que lo siguieron, sumando gente para Jeleñ dentro del mismo núcleo para el que decía trabajar.
“Era un traidor del Dr. Vera, cuando pedía reuniones pedía que voten por Jeleñ y si alguien hablaba mostraba su revólver como diciendo que si alguien abre la boca lo mataba”, relataron testigos y agregaron que “Jeleñ mata un novillo todos los meses para que los usurpadores hagan un asado y se reparten la carne entre los que manejan todo en su mayoría”.
Conductor de las intrusiones de todas las tomas en Wanda y en Andresito, fue el que se encargaba de “apurar” con pistola a aquellos que se negaban a seguir sus órdenes, entre ellos, las tomas del Felipe I, Felipe II y el Barrio Unión, donde se encuentra la toma de agua más grande de Wanda.
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