Por: [email protected]
Los famosos “códigos” de la política parecen ya caer en el olvido absoluto y más aún cuando quienes inician el derrotero de “servir al pueblo” desde espacios dentro del Estado, provienen de castas que poco tienen que ver con esa solidaridad mentada sino mas bien de una concepción clasista donde quienes tienen cierto status gobiernan y los otros somos gobernados. No entraremos en detalle pero la gran promesa de ser gobernados por CEO’s ya todos sabemos a dónde nos llevó, aunque lo que vino después… bueno, diría la pensadora Karina Jelinek: lo dejo a tu criterio.
Volviendo al tema que nos ocupa debemos referirnos a la campaña publicitaria que ha desatado esta Primaria Abierta Simultánea y Obligatoria (PASO) y para ellos primero aclaremos que quienes disputan poder real y fuertemente es el frente de Juntos por el Cambio y en la vereda de enfrente del Frente de Todos, ya que el Frente Renovador tiene resuelto todo con una sola lista.
Dentro del Frente de Todos entre sus tres opciones se vislumbra estrategias de comunicación muy focalizadas hacia los segmentos que cada uno cree puede llegar a seducir y apuntar a sumar algún otro pero, al menos visiblemente, pese a la vorágine y efervescencia de la campaña cada uno transita sus caminos trazados sin coartar el trabajo del otro: códigos.
Ahora bien, yendo a la otra vereda, son 4 listas que se disputan quien encabezará en noviembre la nómina que aspira a una diputación nacional y la centenaria tradición de internas de la UCR hacen que tanto González como Arjol sepan y respeten límites y así también lo podemos ver al hijo del ex gobernador (haciendo campaña desde la selva, ponele…).
Pero, y aquí está el foco de esta nota, es justamente el otro candidato elegido por el dedo del ex presidente del PRO, Humberto Schiavoni, que de la nada fue director de la EBY los últimos años del gobierno de Mauricio Macri, estamos hablando de Martín Groerling quien seguramente no menos del 90 por ciento de quienes están leyendo esta nota no tienen idea quien es y esta situación es lógica porque no se le conoce ni haber organizado un partido de bolitas con 5 chicos de un barrio.
Este “niño PRO” no contento con haber tenido un paso rasante (o arrasador, no estoy seguro de la palabra correcta) por la EBY, tiene su pasado inmediato como publicista así que conoce que pese a que parezca vetusto, la famosa cartelería callejera es uno de los ejes importantes a la hora de hacer conocer a un candidato por lo que se pueden ver distintos tipos de esta publicidad estática. Hasta aquí todo bien pero, según nos confirman desde ciudades sobre la ruta 12 fundamentalmente, Martincito no solo se conformaría con contratar la instalación de sus carteles sino que apuntalaría ese negocio con un condicionante a sus ex colegas del rubro “atando” el pago de sus servicios si le garantizan que no montarán carteles a ninguno de sus contrincantes internos. Detestable actitud no solo para con sus pares sino para los trabajadores (recordar la lógica de gobernadores y gobernados del primer párrafo)
Así, la interna de Juntos por el Cambio en Misiones muestra la esencia de cada uno y como los “ilustres desconocidos” (que llegan por el dedo de un senador que dice ser de Misiones pero hace años vive en Buenos Aires), no hace más que dejar en evidencia cual es la “nueva política” a la que invitan.
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