La historia que hiciera pública este portal, con las vivencias de la familia Krause y el piano que pudiera haber sonado en las reuniones nazis apenas finalizada la segunda guerra mundial, no deja de sorprender.
Lam Hollander, coleccionista norteamericano, se comunicó con la redacción de Visitemos Misiones para lograr contactarse con la familia Krause y de esta forma tratar de hacerle llegar una considerable oferta para la compra del anhelado recuerdo familiar. El piano Ad. Knöchel de 1883.
El piano Ad. Knöchel Berlín, fue Medalla de Oro y Plata en el gran salón de Ámsterdam en 1883 y tiene un gran valor porque ya no quedan en buen estado vendiéndose en subastas a precios superiores que otros de similares características, también por su historia y sonido tan particular de 88 notas.
“Es de suma importancia saber si el sello en la tapa que hemos podido ver en las fotos se encuentra en buen estado y si además se encuentra el segundo sello del fabricante sin que haya sido modificado o restaurado aún, a simple vista puede que se noten algunas características de restauración, esto luego de 1920 con tornillos, que en ese tiempo de fabricación no existían, pero para eso hay que evaluarlo más detenidamente”, explica Hollander.
Estaría dispuesto a ofrecer 30 mil dólares si se encuentra sin restaurar y todo es original todavía. (Lam Hollander)
Según el experto consultado por Visitemos Misiones, que tenga el sello original de la marca y del premio es además un extra muy importante.
Lam comenta además que es en cuanto a su historia personal, tercera generación y familiar de quien fuera el compositor judío de música cinematográfica Friedrich Holländer, quien emigra a Estados Unidos huyendo del Nazismo y fuera nominado en dos oportunidades a los premios Oscar.
El ofertante espera ahora solamente una respuesta de la familia Krause, que tendría que pensar si venderlo en esa cifra es una buena oportunidad o mantenerlo como un recuerdo familiar para otras generaciones. ¿Aceptarán?.
Visitemos Misiones agradece en especial a Margarita Albretch, por la colaboración en la traducción y contacto en su idioma original con Hollander.