El histórico dirigente piquetero se comunicó con Alem.News desde la cárcel de Ezeiza y brindó detalles de su estado de salud y como pasa sus días estando privado de su libertad.
Impensado bajo sus circunstancias, D’Elia decidió dialogar con algunos medios del interior del país, entre ellos Alem.News, con el cual no dudó en reflejar su estado de salud, hablar sobre el actual gobierno de Alberto Fernández y recordar a Néstor Kirchner.
“Yo te voy a contar como me enamoré de Kirchner”, dijo Luis en diálogo con nuestro medio. “El día que juró, el me invitó, me llama por teléfono el día antes y me dijo ¿Vas a venir no?. Por supuesto le dije. El mío era el único movimiento social que lo apoyó después de un fuerte debate interno y me dice, ´pero venite de piquetero´ y me sentó al lado del Cardenal Bergoglio y el General Brinzoni”, recordó emocionado D’Elía y remarcó que “Yo lo miré y dije, que flaco provocador”, en referencia al expresidente.
La defensa del detenido Luis D’Elía pidió hace algunos días que se le conceda el arresto domiciliario por cuestiones de salud, en un recurso de habeas corpus que presentó ante el Tribunal Oral Federal 6, que lo condenó a tres años y nueve meses de prisión por la toma de una comisaría en el barrio porteño de La Boca en 2004, en reclamo por el asesinato de un referente social de su agrupación, Martín “Oso” Cisneros. En ese momento, D’Elía era subsecretario de Tierras para el Hábitat Social.
La insólita amistad entre D’Elía y el ruralista entrerriano al que le pegó una trompada:
“¿Querés saber quién me visita todos los meses?”, preguntó el dirigente a Alem News, comentando parte de la insólita amistad que lo une a Alejandro Gahan, quien en 2008, en medio de las manifestaciones del campo contra la resolución 125 que impuso las retenciones móviles para algunos productos agrícolas, el ruralista entrerriano lo cruzó en Plaza de Mayo, discutieron y Gahan le gritó “mercenario”, D’Elía, jefe de una de las fuerzas de choque que había desplegado en las calles el gobierno de Cristina Kirchner en ese momento le pegó la trompada, por la que años más tarde fue condenado a cuatro días de prisión.
“Viene a visitarme todos los meses, me trae agua o un paquete de galletitas y pasamos horas hablando”, compartió D’Elía, recordando sus charlas con el ruralista.
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