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Locales

La politización de la estudiantina derivó en un escándalo sin precedentes

Los famosos “puntos” por actividades, la mala organización y el mantener un sistema que trata a estudiantes como “delincuentes”, desató el escándalo.

Pocas veces en la historia de las estudiantinas de Alem, se pudo ver que “cachearan” a alumnos de colegios secundarios para ingresar incluso a su propia fiesta en el Centro Cultural Germano Argentino. Ya pasaron las viejas épocas en que los estudiantes se preocupaban por mantener separada a la municipalidad de sus actividades, notificando por nota únicamente la forma en que se iban a realizar y se unían en desfiles que fueron orgullo de nuestra localidad durante muchos años.

Mate va, mate viene, pero también claro, los famosos guisos que terminaban en grandes rondas entre varios colegios que se encontraban trabajando muchas veces en un mismo galpón hacían la diferencia. No había puntos, no había rehenes de un sistema que intenta por todos los medios de tomar el control de vida de aquellos que necesitan aprender a vivir por su cuenta, a tratar de ser parte, de equivocarse y seguir aprendiendo.

Desde que el municipio tomó control de todo por medio de la dirección de la juventud, con un reglamento atípico para un centro de estudiantes, cada actividad se transformó en un acto político donde pasaban los candidatos de turno y los puntos jugaban un papel principal, poniendo en riesgo la unión verdadera y convertirlos en soplones y policías de sus propios pares, que se dedicaron a juzgar a los jóvenes en lugar de defenderlos.  ¿Podríamos esperar en estas circunstancias que se ataquen unos a otros? La respuesta era simple y no dejaba lugar a dudas.

Veníamos advirtiendo hace más de un año como medio, que los estudiantes tienen que conformar una fiesta propia con reglamento propio, realizado y pensado para la unidad, dejando afuera las mezquindades de cada institución y por, sobre todo, dejando afuera a terceros que tratan únicamente de mantenerlos “en regla” como el caso del municipio.

Para todos aquellos que alguna vez pasamos por un centro de estudiantes, recordar que el principio de todo era defender los derechos, en especial, el derecho a aprender, el gestionar ante las autoridades los pedidos y necesidades de los alumnos, insertar a los estudiantes en la sociedad a través de acciones que beneficien a la comunidad y el promover la participación de los alumnos en los problemas educativos. Sin embargo, hoy los atamos a un sistema de puntos y los castigamos, alejamos, convirtiendo a adolescentes en enemigos.

 

De Centro de Estudiantes a Policía Estudiantil:

Si bien es sabido, es necesario recordar por estos días, que todos los estudiantes regulares de una institución educativa tienen derecho a participar en el centro de estudiantes. La mentira más grande es que no los dejen participar sea cual fuera el motivo. No hay sanciones ni regla válida que se los impida como los han hecho creer durante los últimos años. Un Centro no le pertenece a ningún estudiante ni grupo de estudiantes porque es una asociación pública, que representa a todos los jóvenes que van a la escuela, mucho menos a la municipalidad.

Lo que en todo caso deben tener en cuenta, es que efectivamente deben tener un estatuto que fije, entre otras cosas, los objetivos del centro de estudiantes, sus funciones, forma de votación, integración de la comisión directiva, secretarías, comisiones, etc. Pero jamás el sancionar a un par por ningún motivo en tareas que no les corresponden. Un Centro NO PUEDE JUZGAR, NO PUEDE IMPEDIR QUE UNA INSTITUCIÓN PARTICIPE por causa de un solo alumno o por alguna falta individual.

Es claro, que el sistema que intentaron aplicar no solo NO ES EFECTIVO, además es restrictivo y antidemocrático.

Todos, como sociedad, debemos entender que no debemos meternos en las actividades estudiantiles. La palabra “política” significa ocuparse de los asuntos públicos, es decir, participar, formar parte de un conjunto social. En este sentido, un centro de estudiantes es algo político, lo que no quiere decir que deba “pertenecer” o representar a un partido político ni que su acción se limite a la protesta. Debemos dejarlos ser. Basta de persecuciones, los chicos NO SON DELINCUENTES!!!.

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