Mientras muchos lo acusan, los lugareños apoyan al empresario yerbatero y lo definen como “una persona que tarde o temprano seguramente va a pagar sus cuentas”.
En diálogo con Visitemos Misiones (ver video), Schmidt confirma que el secadero atraviesa momentos complicados pero que confía en que la situación se va a revertir y podrá hacer frente a las deudas que reclaman actualmente varios productores.
Schmidt no es un simple yerbatero en la Alem y así lo conocen sus vecinos y amigos quienes se acercaron a brindarle su apoyo desde las primeras horas de conocerse la noticia.
“Lo conozco a Schmidt hace más de 30 años y se que va a pagar porque es una persona honesta desde la cuna y trabajador con toda su familia”, comenta un reconocido comerciante de Alem que también tiene cheques por un monto superior a los 60.000 pesos, pero que decidió esperar a que el secadero pueda levantar sus deudas, agregando que; “no es el único que tiene gracias a la crisis tiene problemas económicos, hay otras yerbateras y empresas grandes que están realmente mal con lo que vive el país, pero no podemos matarnos entre nosotros porque somos una comunidad que vivió ya muchas veces esto, aunque ahora es mucho peor que en el 2001”, asegura.
Por su parte, otros pequeños productores de la zona de Guaraní y Dos Arroyos, reconocieron a Visitemos Misiones que ya llegaron a un acuerdo con el empresario que viene cumpliendo correctamente con los pagos previstos tal y como acordaron en su momento y se mostraron extrañados con la noticia en varios medios porque nunca habían tenido problema con Schmidt.
“Nosotros habíamos dado cheques a un mercado de Alem para comprar mercaderías porque vivimos apenas con lo que nos da la yerba, pero cuando nos avisaron del mercado que los cheques no tenían fondo y querían que solucionemos, fuimos a hablar con otros cuatro productores y ahí arreglamos pagos semanales, que nosotros cobramos, ya nos falta poco para terminar de cobrar”, confirman a este portal.
Toda historia tiene un lado “B”, pero al parecer el historial de vida y trayectoria de la familia Schmidt en Alem, hicieron que hasta incluso comerciantes que se encuentran sumidos también en una profunda crisis y con cheques rechazados en sus manos, tengan consideración del momento que atraviesa el secadero y a la espera de que en algún momento pueda salir adelante.