San Ignacio vuelve a ser noticia por una historia que desafía los prejuicios y pone en el centro de la escena a una pareja que rompe con todos los moldes: ella tiene 22 años, él 70, y decidieron formalizar su relación con matrimonio y proyectos de vida en común.
Lejos de las críticas y las miradas ajenas, la pareja asegura que su amor es auténtico y que han apostado por construir un futuro juntos. Según contó la joven, fruto del esfuerzo y el trabajo compartido lograron levantar una humilde vivienda y comprar un automóvil con el que recorren a diario las calles de la localidad.

Vecinos de San Ignacio afirman verlos con frecuencia transitando por la zona, involucrados en emprendimientos personales, siempre unidos y sin dejarse afectar por la diferencia de edad. “Estamos construyendo nuestra vida juntos”, dijo ella, dejando claro que la relación se basa en el compromiso mutuo y la voluntad de salir adelante.
En tiempos donde las historias de amor muchas veces quedan marcadas por los estereotipos, esta pareja eligió simplemente vivir su verdad.
En San Ignacio, aseguran que su historia, lejos de pasar desapercibida, se ha convertido en símbolo de que el amor no tiene edad.