Si, es una enfermedad. El hígado graso representa la causa más frecuente de enfermedad hepática en nuestro país y en el mundo y es una enfermedad por que en determinados pacientes puede terminar en cirrosis hepática y aumentar la mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
El hígado graso es la acumulación de triglicéridos en el hígado, se puede clasificar en dos tipos: hígado graso producido por el consumo de alcohol o hígado graso alcohólico, y por otro lado el hígado graso no alcohólico que es producto del sedentarismo, sobrepeso, obesidad y diabetes, aunque muchas veces existe una mezcla entre las dos causas.

Actualmente existe un enorme aumento en la frecuencia del diagnóstico de enfermedad por hígado graso no asociado al consumo de alcohol
En nuestro país casi el 40% de la población sufre de sobrepeso/obesidad, y esta condición, así como la diabetes tipo 2 y el aumento del colesterol y triglicéridos se asocia al hígado graso no alcohólico.
¿A quiénes puede afectar?
Afecta a niños y adultos de todas las edades
¿Cuáles son sus síntomas?
Lo notable de esta enfermedad es que causa pocos síntomas. Si bien puede asociarse a saciedad precoz luego de las comidas, no causa dolor abdominal, ni dolores de cabeza u otros síntomas que la población generalmente asocia con las enfermedades hepáticas (por ejemplo, la conocida e inexistente “patada al hígado”), ni tampoco se asocia a manchas en la piel. Puede si manifestarse con una ligera incomodidad en la región superior y derecha del abdomen, lo que se conoce anatómicamente como el hipocondrio derecho.
¿Como se diagnostica?
Es de fácil diagnóstico mediante ecografía abdominal, pero muchas veces no se da importancia a este hallazgo y el mismo pasa desapercibido. También se puede diagnosticar con tomografía, resonancia y biopsia.
¿Porque es una enfermedad? ¿Por qué es importante?
La importancia del hígado graso es doble por un lado tiene un impacto cardiovascular ya que las personas con hígado graso generalmente tienen sobrepeso, obesidad, colesterol alto, sedentarismo e Hipertensión arterial lo que condiciona que tengan mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (infarto cardiaco y accidente cerebrovascular) y en segundo lugar, el hígado graso puede ocasionar daño crónico al hígado por lo que 2 personas de cada 10 pueden desarrollar, luego de varios años de esta enfermedad, cirrosis o cáncer hepático.
Lo más importante es identificar que personas están en riesgo de una evolución más severa. Por lo cual, el diagnóstico de hígado graso no es para preocuparse sino para ocuparse. Lo ideal es concurrir a la consulta con un hepatólogo. Con simples análisis de sangre se podrá definir si el hígado graso es severo, es decir si ya hay cirrosis o cambios pre-cirroticos, así como la necesidad de realizar otros estudios complementarios como la Elastografía, y en algunos casos inclusive una Biopsia Hepática.
Para su tratamiento es fundamental realizar cambios en el estilo de vida, actividad física y alimentación saludable. Una minoría de pacientes se beneficiarán de tratamiento con fármacos.
Por: Dr. José Emanuel Martínez.
Especialista en Medicina Interna y Hepatología. MP: M04510
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