La cuidadora de los hermanos de 15 y 13 años, involucrados en el robo de medio millón de pesos en la estación de servicio de Campo Viera, rompe el silencio. Asegura que nunca les faltó comida, pero revela que viven en condiciones precarias sin luz y agua.
La mujer afirmó que los jóvenes están profundamente arrepentidos de sus acciones y sostiene que necesitan ayuda urgente para mejorar sus condiciones de vida. Hace un llamado a la comunidad para colaborar en la escolarización de los chicos, destacando la importancia de brindarles una oportunidad para un futuro mejor.

La historia revela un trasfondo de dificultades familiares que va más allá del delito cometido, subrayando la necesidad de abordar no solo las consecuencias legales, sino también brindar apoyo para cambiar las condiciones de vida de estos hermanos.