Con globos, regalos y la presentación de la “Payapolicía”, la chocolatada con bollos fueron la excusa perfecta para agasajar a docentes y niños de la Escuela Especial N° 11.
La asistencia fue perfecta a la jornada donde la Policía sorprendió a sus ahijados con una peculiar visita por el día del Niño a la Institución Escolar a la que desde hace varios años se encuentra apadrinando. Pero la persona que se llevó los aplausos y las sonrisas de los más chicos fue la Oficial Subayudante Sol Moreira quien bajo un disfraz de “PAYAPOLICIA” alegro la jornada, donde profesionales de la División Comunitaria y Comisarías locales le dieron brillo y una especial atención a los agasajados.
“El amor es más fuerte que las adversidades”
Educar niños es un enorme reto y más aún cuando se trata de pequeños con habilidades diferentes. Nada impide que día a día, las heroínas de la Escuela Especial de nuestra localidad lleven adelante su noble tarea, tan poco reconocida y que hoy se puso nuevamente en manifiesto gracias a la visita de de la Unidad Regional.
Cuando las frustraciones son más que las satisfacciones, el ser humano tiende a abandonar la tarea o el objetivo. Mirar para otro lado. Cuando la lucha es diaria, las personas suelen vivir en la queja y el desgano, pero nada de esto ocurre con las “Leonas” de la Escuelita N° 11. Basta con recorrer las fotos o entablar una charla con alguno de sus alumnos para quebrarse en llanto ante un abrazo de amor verdadero de cada uno de sus alumnos. ¡Envidiable!. ¿Cuántos de nosotros podemos decir por estos días que el abrazo fraternal de alguien es tan sincero?
Sin lugar a dudas, los docentes de esta institución en particular se levantan día a día con el orgullo que esa mañana, nuevamente, trabajará para cambiarle la vida -para bien- a otro ser humano. Lo hemos visto y vivido la mañana de hoy con nuestro portal.
No es una escuela a la que todos podemos llegar a conocer. No se ocupan o preocupan si al alumno le va bien o no en matemática. Se trabaja, para formarlos como personas desde un nivel subjetivo, para que se puedan desenvolver en la vida cotidiana y no hay nada más noble que dejar una huella en cada una de estas vidas. Ningún reconocimiento es mayor que lograr el respeto y amor de estos chicos, pero levantamos las manos para aplaudirlas de pie, al menos desde nuestra humilde mirada.