Ambos casos conmovieron a miles de personas solidarias que se sintieron estafadas, pero en el primero, nunca hubo siquiera alguna orden de detención.
La estafa que perpetró Leticia Zapata a través de una campaña de solidaridad montada en las redes sociales logrando acumular más de $360.000 para un supuesto tratamiento contra el cáncer, recordó al de Katerin Dutra en nuestra localidad, pero las diferencias en cuanto al accionar de la justicia son totalmente disímiles.
Lo cierto, es que en uno y otro hay coincidencias en cuanto al ardid esgrimido y que son recurrentes en este tipo de estafa, como ser:
- Se utilizaron documentos apócrifos con firmas de médicos, clínicas y hasta sellos interpuestos con fotocopias para simular una enfermedad.
- Enviaron supuestos chats con las victimas con conjeturadas capturas de conversaciones con médicos, pero creadas con aplicaciones para celular.
- Montaron campañas adherentes en las redes y campañas de recaudación creadas por grupos solidarios.
- En ambos casos se raparon la cabeza para simular un tratamiento contra el cáncer.
Es de conocimiento público, como la crónica de las estafas de Dutra y Zapata coinciden prácticamente en todo, pero en el segundo de los casos, las víctimas valoraron al menos el rápido accionar de la justicia al solicitar el pedido de captura de la pareja de embaucadores.
¿Por qué el Juzgado de Alem no actuó de la misma manera con el caso de Dutra?
Si hay algo que agravó la situación procesal del caso de Katerin Dutra, fue sin lugar a dudas la aparición de la testigo clave que aseguró ser la persona que se “hacía pasar por doctora telefónicamente ante los familiares de Katerin”.
Esta testigo, junto a las contundentes pruebas aportadas por sus mismos familiares y amigos, fueron vitales, tanto como las primeras pericias de las firmas, que habían sido sacadas de la web.
La primera alerta de la familia de Katerin, había sido las capturas de chats con una supuesta doctora (la misma con la que hablaban por teléfono), que evidentemente y por la misma marca de agua, había sido creada con una aplicación para crear falsos chats de Whatsapp llamada “WhatsMock”.
Su familia comenzaba a indagar y los estudios realizados nunca aparecían, si los reiterados pedidos de dinero.
“Nos mandaba chats falsos que tenían la marca de agua y comenzamos a buscar y era una aplicación de celular para hacer chats, le preguntamos y dijo que seguro la doctora escribía de la computadora. Pedimos el número para preguntarle qué es lo que necesitaba y siempre tenía un pero”, alertaban..
Sin respuestas, se hizo público un documento de una clínica de Oberá que inició acciones legales contra la familia por haber utilizado el logo de la clínica y haber realizado un documento totalmente ilusorio.
Por otro lado, había sido un profesional sanitario alertó por la fotografía, al notar el maquillaje para aparentar ojeras mayores y síntomas de un tratamiento contra un cáncer terminal en etapa 4.
“Las ojeras nunca son el párpado superior, aparte que el cabello se pierde, claramente se ven las raíces, es muy absurdo para aquellos que luchan contra esa enfermedad, se nota que tiene varios kilos de más, cosa que no ocurre en enfermos terminales”, justificó un reconocido médico nombrado como el que les hacía la receta y negó la situación ante las autoridades policiales.
Todo hacía suponer en ese entonces (casi un año en agosto), que con todas las pruebas aportadas, Katerine estaría detenida, pero esto nunca ocurrió y diferencia del caso dado en Posadas, los avances en la causa dejan mucho polvo en otro expediente sin respuesta en el Juzgado de Instrucción N° 5 de nuestra localidad.
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