Luego de las 10 horas sin suministro de energía eléctrica a fines de mayo, que se suman a las horas de enero, febrero y marzo, la localidad de San Javier cumplió un triste récord de 33 años de promesas y nada de soluciones.
Fue en junio de 1987, que Ricardo Alfredo Barrios Arrechea, en aquel entonces Gobernador de la provincia, quien luego de un corte general en toda la zona y que duró varios días en solucionarse, planteó la necesidad, por el crecimiento de San Javier, de construir una planta generadora, muy similar a la que se encontraba en Leandro N Alem.
Pasados los meses, el 17 de septiembre de ese mismo año, Arrechea pidió la renuncia del cargo para hacerse cargo del Ministro de Salud y Acción Social de la Nación, siendo reemplazado por el Vicegobernador Luis María Cassoni, quedando en el olvido el pedido de la localidad, lo que con el tiempo hizo que “La Dulce” se paralizará en el tiempo.
Sin energía no hay producción y por consecuencia, tampoco posibles inversores. Bien lo sabían los que manejaron el poder, que concentraron en pocas localidades el total de los recursos, dejando en el olvido a los municipios más pequeños.
Mucho humo y pocas luces
Sin lugar a dudas parece inconcebible que, en tantos años, nadie pudiera aportar soluciones, pero lo cierto, es que fueron muchos los profesionales que de alguna u otra manera quisieron sumarse con alguna propuesta innovadora, pero fue el mismo sistema que se los impidió, valorando mayormente a “los amigos del poder”, que siguieron el lineamiento callado con tal de seguir facturando.
Fue el mismo presidente de EMSA Guillermo Aicheler, quien en 2018 dijo “es crudo decirlo, pero corremos el riesgo de que la zona de San Javier quede a oscuras” y vaya que se cumplió…
En enero, en una reunión de vecinos autoconvocados, junto al Intendente de San Javier Matías Vílchez e ingenieros de la empresa, habían presentado un plan para dar solución a una de las líneas internas con más problemas de la ciudad. Se planteaba invertir 10 millones de pesos.
Si, luego de 33 años de espera, el planteo era invertir una irrisoria, mínima y disparatada cifra de solo 10 millones, que, en definitiva, no solucionaría bajo ningún concepto el problema de fondo. Eso sí, las facturas a los usuarios se triplicaron y las respuestas o explicaciones nunca llegaron.
En tal sentido, la cruda historia de San Javier en materia energética recuerda a las inmortales palabras de William Shakespeare «mucho ruido y pocas nueces», proviene directamente del título del mencionado libro del célebre autor inglés, pero que, en realidad, esta es la traducción que se le dio a una obra publicada en español a finales del siglo XVI, ‘Much ado about Nothing’, cuya traducción literal vendría a ser ‘Mucho preámbulo sobre nada’, tal y como si lo hubiesen escrito en la actualidad.
Desde que asumió Aicheler al frente de EMSA en 2017 (ahora Energía de Misiones), se encargó de destacar en todo momento que, es una distribuidora con un déficit operativo significativo, que periódicamente debe atender el Tesoro provincial, y un gran atraso en inversiones (redes, estaciones transformadoras, líneas de alta tensión, postes, etc) que ocasionan constantes cortes de luz, en especial en épocas de alta demanda, pero nunca hubo soluciones o propuestas que sean a futuro.
A todo esto, hay que agregarle el desorden administrativo, la deficiencia en la recaudación y el exceso de empleados, que se reconocieron en distintas declaraciones a medios de comunicación, pero que parecieron más para la foto y justificarse que otra cosa. Mucho Humo y pocas luces.
Copia Edición Impresa Edición Junio 2020
Comentar con Facebook
