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Columnas

AUTISMO y otros Trastornos del Neurodesarrollo: SIGNOS DE ALARMA EN LA PRIMERA INFANCIA

 

La Primera infancia es el periodo desde el nacimiento hasta los 6 años de vida, luego inicial la etapa en la que el niño o la niña se incluyen a la vida escolar formal, es decir a primer grado. Sin embargo, de esos primeros 6 años de vida existe un periodo, considerado crítico, el cual abarca desde la gestación hasta los primeros 2 años de vida.

Gracias al avance de las neurociencias hoy se sabe que existe un desarrollo neuronal muy importante y fundante para la vida de la persona en los primeros 2 a 3 años de vida. Se construyen redes de interconexión neuronal dando lugar a nuevos y diversos aprendizajes.

Cuando hablamos de desarrollo estamos haciendo referencia a diferentes áreas o ámbitos de la vida de una persona, el cual abarca, el aspecto psicológico, la inteligencia, el desarrollo motriz, la capacidad de socializar, el lenguaje, el afecto y el juego. Todo esto se va dando gracias a una familia y un ambiente favorable.

Si bien este desarrollo se da de manera natural, es necesario entender el papel que juega el entorno social del bebe, el cual es muy importante y condicionante favoreciendo o dificultando este desarrollo en los primeros años de vida.
Se considera a la familia, es decir los cuidadores del bebe, quienes son los que construyen y favorecen el vínculo de apego, son los primeros organizadores psíquicos del bebe, por lo tanto, es el entorno más cercano que podría dar cuenta si él bebe está evidenciando ciertos signos de alarma de algún tipo de trastorno del neurodesarrollo.


¿Qué es un trastorno del neurodesarrollo?


Según el DSM-V es un grupo de trastornos que tienen su origen en el período de desarrollo
Sus características son diversas, implican déficits en el desarrollo que producen limitaciones en áreas específicas o limitaciones globales, produciendo así dificultades en lo personal, social y a futuro en lo académico/ escolar o en el funcionamiento ocupacional dentro de la vida cotidiana.

Existen una variedad de dificultades en el niño que están enmarcados dentro del trastorno del neurodesarrollo, entre ellos se conoce el Trastorno del Espectro Autista, hoy en día muy leído y divulgado sobre todo gracias a los avances científicos en relación a este trastorno. Además, gracias a que en el año 2007 la Organización de Naciones Unidas dispuso 2 de abril como el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, con el objetivo de hacer más visible las características de este trastorno cada vez más común entre nosotros. La última estadística realizada por los Centros de control de enfermedades de los Estados Unidos llevada a cabo en el 2016 indicó que existe 1 TEA cada 68 niños.

¿Entonces qué hacer? debemos alarmarnos, preocuparnos o desesperarnos si estamos criando un niño o una niña pequeña menor de 3 años o debemos dejar que inicie la escolaridad y dejar que la escuela se encargue de dar a conocer si mi hijo o hija tiene alguna dificultad en la interacción social, en la comunicación, en el vínculo con sus otros compañeros.

Hace algunos años atrás quienes solían observar y solicitar intervención profesional para los niños eran las maestras, al notar ciertas conductas inapropiadas en su alumno. Sin embargo, esto ha cambiado mucho durante los últimos años. El trabajo interdisciplinario entre pediatras, psicopedagogos, jardines maternales y familia está permitiendo detectar cuanto antes ciertos signos de alarma que permiten intervenir tempranamente en el niño y así construir juntos una vida más saludable, de bienestar en la persona y su familia.

¿Pero cuáles son esos signos de alarma? ¿Cómo saber si mi hijo o hija presenta o no, para poder comunicar a su pediatra y así buscar ayuda profesional idónea para esta etapa de la vida?

Ante todo, para detectar ciertos signos de alarma, es importante tener un buen vinculo de apego con los hijos, es decir ese vínculo que se construye entre bebe que se está desarrollando en el vientre de mama y su madre, ese vínculo que esta atravesado por el Amor, el cuidado y la protección incondicional. Que se afianza y fortalece en el primer año de vida, entre otras cosas, gracias a la lactancia materna.

Hoy, la madre y/o cuidadora del bebe puede contar en herramientas que le permitan observar si su bebe está teniendo signos de alarma de que algo a nivel quizás neuropsiquico no se está desarrollando de manera normal.
Signos de alarma del desarrollo psicomotor en los primeros dos años de vida de un bebe sin patología congénita, es decir por ejemplo un bebe con Síndrome de Down:

  • A partir de los 3/4 meses: no sostiene la cabeza, no fija la mirada, no mira a su alrededor, no toma los objetos entre sus manos y sus manos están la mayor parte del tiempo cerradas.
  • Entre 6/7 meses: no rola, no sostiene un sonajero, Luego de los 8 meses no se sienta solo, no transfiere objetos de una mano a la otra.
  • Al 1 año de vida no intenta gatear.
  • A partir de los 15 meses no intenta caminar.
  • A partir de los 19 meses no intenta subir escaleras, no busca logra sacarse las medias.
  • A los 22 meses no patea una pelota, no sube solo las escaleras. No toma el lápiz, cerita e intenta hacer garabatos, rallar.

Signos de alarma cognitivo:

  • Después de los 2 meses no responde a la voz de mama, cuidadora o papa. Y a otros estímulos sonoros.
  • Después de los 6 meses no intenta alcanzar objetos.
  • A los 9 meses no se interesa por jugar con las sabanas a que mama o papa se esconde.
    Al año de vida no busca un objeto escondido.
  • Después del año no se interesa por juguetes causa efecto.
    No intenta comer solo
  • Después de los 2 años no tiene juego simbólico, de imitar a mama o papa.
  • No se interesa por las muñecas, los autos, las pelotas, los juguetes que se le presenta.

Signos de alarma en el lenguaje:

  • En los primeros 4 meses no tiene contacto ocular.
  • No expresa sonrisa social.
  • A partir de los 7 meses no dice: ma, pa, no emite sonidos diversos.
  • A año de vida no dice mama, papa.
  • A partir de los 15 meses no dice chau con la mano. No responde a órdenes simples como: tráeme tal objeto que se señala, o lleva esto a la mesa.
  • A partir de los 2 años no utiliza frases de 2 palabras, no dice 20 palabras diferentes, no señala partes de su cuerpo cuando se le nombra.
  • A partir de los 2 años y medio no utiliza pronombres como yo, tu, el.


Signos de alarma en el juego, la socialización y el afecto:

  • A partir de los 3 meses no busca consuelo de la mama, tampoco le sonríe al mirarla. No tiene expresiones faciales de enojo, alegría, dolor.
  • A partir de los 6 meses no se evidencia un vínculo con su cuidador/a. no se ríe cuando juega con él o ella, tampoco se relaja con las canciones que le canta, no se enoja si le quitan los juguetes.
  • Entre los 7 y 11 meses no aumenta su ansiedad ante gente desconocida. No intenta comunicarse con gestos, sonidos, no busca proteger sus juguetes cuando se acerca otro niño. No mira a los adultos cuando está jugando.
  • A partir del año de vida no disfruta del abrazo de sus cuidadores, no disfruta jugar con ellos. No utiliza palabras simples.
  • A partir de los 15 meses no adquiere normas sociales, saludar, no tiene rabietas ante una frustración, no intenta comer solo, no busca imitar a sus padres.
  • A partir de los 2 años no disfruta de estar con otros niños, no se expresa verbalmente. No evidencia juego simbólico, como ser intentar cocinar, jugar con herramientas, limpiar, etc.
  • Es importante entender que el desarrollo de todas estas habilidades, capacidades en él bebe se van dando gracias al juego con su cuidadora, mama y/o papa. Y es allí donde los padres son los que pueden darse cuenta de estos signos, consultando así a sus pediatras, quien oportunamente solicitara consulta psicopedagógica con profesionales formadas en primera infancia.
  • Específicamente en relación Al Trastorno del Espectro Autista (TEA) los signos de alarma se evidencian cuando un niño presenta dificultades en las áreas de interacción social, comunicación y lenguaje y conductas repetitivas e intereses restringidos.

¿Por qué espectro? Porque la gravedad de los síntomas puede variar, pueden darse de manera diferente entre estos tres componentes nucleares.
Hay niños que pueden tener más dificultades en lenguaje; otros, conductas de inflexibilidad y repetitivas y restringidas, y otros expresar mucha pasividad y aislamiento en relación a su entorno.

¿Cuáles serían los signos de alarma a partir de los 18 meses de posible TEA?
No responde a su nombre.
– No puede explicar qué quiere.
– Muestra retraso en habilidades verbales y/o de lenguaje.
– No sigue instrucciones.
– A veces el niño parece sordo.
– Algunas veces parece escuchar y otras no.
– No señala con el dedo índice o no dice adiós con la mano.
– Acostumbraba a hablar balbucear pero ya no.
– Tiene intensos y violentos berrinches.
– Tiene patrones de movimientos extraños.
– Es hiperactivo, no cooperativo u oposicionista.
– Se irrita antes sonidos como la licuadora, la aspiradora, etc.
No sabe cómo jugar con juguetes.
– No sonríe como respuesta a la sonrisa.
– Tiene pobre contacto visual.
– Se queda “atorado” en las mismas cosas o actividades una y otra vez.
– Prefiere jugar solo.
– Sólo toma cosas para sí mismo.
– Es muy independiente para su edad.
– Hace cosas “tempranamente” comparado con otros niños.
– Parece estar en su propio mundo.
– No se interesa en otros niños.
– Camina sobre la punta de los pies.
– Muestra apego inusual a juguetes, objetos u horarios.
– Pasa mucho tiempo alineando cosas o poniéndolas en cierto orden,

Como padres, debemos entender que toda dificultad que evidencien nuestros niños el cual quizás está alterando su calidad de vida, puede aminorarse, disminuir e incluso desaparecer siempre que podamos acudir a la ayuda de un profesional idóneo cuanto antes. No se recomienda espera a la vida escolar, si usted y/o el pediatra solicita sugerencias, evaluaciones o simplemente orientaciones es importante asistir.

Por: Lic. en Psicopedagogía Claudia Mabel Giménez

Diplomada en Atención Temprana y Acompañante terapéutica en niños con TEA.

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