Tras un accidente, Carolina estuvo varios minutos sin signos vitales en viaje a la ciudad de Posadas, pero los médicos lograron reanimarla y hoy nos cuenta su historia.
Sin lugar a dudas, la muerte es lo única que no entiende de clases sociales. Que nos atrapará con sus garras tarde o temprano, siendo es la única certeza que tenemos, pero para bien o para mal, las pequeñas historias de los que han tenido experiencias cercanas con ella, nos hacen ver lo frágiles que somos. La de Carolina, es una de ellas y se animó a contarla ante las cámaras de Alem.News.
El caso de Carolina Rominski, es uno de los tantos que se podría catalogar milagroso, todo había comenzado hace exactamente 10 años al día de hoy, cuando salía con una amiga a dar vueltas en una motocicleta, que fue embestida por otra de mayor cilindrada sobre Av. San Martín. El conductor, se encontraba alcoholizado y no las había visto pasar.
El cuerpo de Carolina había sido despedido de la moto varios metros, impactando fuertemente su cabeza contra la cinta asfáltica, por lo que estaba siendo trasladada a Posadas de urgencia con el diagnostico de “rotura ósea con aparente pérdida de la masa encefálica”.
Durante el viaje, se produjo el primer paro cardiorrespiratorio de Carolina a pocos kilómetros de la localidad de Candelaria. El cuerpo médico que la acompañaba, debía decidir si continuaban viaje o volvían para entregar el cuerpo a familiares para su velatorio, pero algo hizo que la decisión fuera continuar, llegando varios minutos después al hospital pediátrico de Posadas, donde lograron reanimarla.
Fue en este preciso momento, cuando la familia Rominski conoce a alguien que sería parte fundamental de esta historia, al Dr. Oscar López, que los animó pese a la gravedad del caso y le sugirió ir a la capilla del hospital a pedir por su hija.
El detalle no menor, es que el Dr. López también tenía una hija con la misma edad y con el mismo nombre de la paciente. Desde ese entonces, López no sería un doctor más, más bien un ángel enviado por Dios para los Rominski.
“Nos recibió el Dr. López y nos dijo que confiemos, que vayamos si creíamos en Dios a la capilla que tiene el hospital y pidamos por ella”, comentó la madre de Carolina a Alem.News.
Las horas corrían y la vida de Carolina pendía de una operación de urgencia. Nuevamente, durante la intervención, su corazón volvió a dejar de latir y así lo hizo en cuatro oportunidades más durante esa noche, pero pese a la gravedad, Carolina se resistía a dejar este mundo, mientras su madre, seguía pidiendo a Dios en la capilla del hospital.
Durante el traslado de Alem a Posadas, Carolina había pasado muchos minutos sin vida, su cerebro podía estar muy dañado, solamente un milagro podía hacer que su vida fuera normal en el futuro.
Hoy, después de 10 años, la familia se unió para agradecer a los ángeles del pediátrico y a Dios por el regalo de vida. Carolina, cuenta su experiencia con lo que llama “su encuentro con Dios”.
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